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CONOCIENDO EL BIERZO MÁS DESCONOCIDO

Ayer en el Bierzo fue un día repleto de descubrimientos.

Por un lado el bosque de alcornoques milenarios (visitado regularmente por cortiçeiros portugueses) es sencillamente espectacular, de una poderosísima energía totémica.

Por otro, descubrimos un Bierzo en el que nunca antes habíamos estado, a un paso de Valdeorras y a otro de Las Médulas (San Pedro de Trones, Puente de Domingo Flórez, San Juan de Paluezas…). Una amalgama de pequeños y antiquísimos viñedos (algunos del siglo XIX), conservados por vecinos para su privilegiado autoconsumo.

Pero también descubrimos nuevas variedades/clones/sinonimias como son la Negreda y la Estaladiña.

Un sistema de acumulación, recogida y conservación de sarmientos con el “manojo trenzado” (más habitual en la meseta), ideal como combustible para la chimenea.

Y por supuesto, el nuevo proyecto de Nacho Alvarez Losada, que ha vivido desde pequeño la magia del lugar y que no se ha podido resistir a recuperar 21 parcelas (hasta la fecha) de esos viñedos centenarios. Un proyecto que es un bebé, pero que estará cuidado por miles de “abuelas” centenarias.

Día para el recuerdo.

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