EL CONCURSO DE VINOS REAL CASINO DE MADRID RINDE HOMENAJE A LUIS PAADÍN
“El Concurso de Vinos Real Casino de Madrid rinde homenaje a D. Luis L. Paadín, en reconocimiento a su extraordinaria labor de divulgación de la Cultura del Vinos a nivel Nacional e Internacional.”
Parafraseando al poeta Nicanor Parra en la ceremonia de entrega de su Premio Cervantes dijo: “Los premios son para los espíritus libres y para los amigos del jurado”; en esta ocasión estoy seguro que además de la amistad se premia, como dijo Eliseo González, Director de Organización, a un divulgador con un CV más largo que su brazo, consciente del trabajo que venimos desarrollando desde hace años en favor del mundo del vino más allá de las tierras gallegas y españolas.
El marco, una cena de gala en el Real Casino de Madrid con más de 150 comensales, prestigiosos bodegueros y miembros de la Orden del Magnum. Si el marco y el premio ya son todo un honor, recibirlo junto a nuestro venerado D. Custodio L. Zamarra, maestro de maestros, el más prestigioso sumiller de España de todos los tiempos, es la apoteosis para un provinciano gladiador del vino. Si damos por bueno que los premiados hacen grandes a los premios, atendiendo a mis antecesores, este es uno de los más prestigiosos galardones del vino en España; si en el 2024 fue para Dª María Isabel Mijares, mi “hada madrina” y la gran mujer del vino contemporáneo a nivel mundial, rompiendo todos los techos y paredes posibles; en el 2023 fue homenajeado D. Gabriel Yravedra, presidente honorario de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y uno de los mayores responsables del rigor en la calidad de los vinos; y en el 2022 D. Luis Hidalgo, uno de los grandes impulsores de la viticultura actual española que llego a ser conocido como “el sabio de las viñas” y padre de nuestro admirado Pepe Hidalgo.
Si el primer galardón en reconocimiento por nuestro trabajo nos lo dieron en Portugal hace más de una década y este último en Madrid, por nuestro trabajo internacional, es probable que este “síndrome del impostor“ que me acompaña permanentemente, sea más fruto del arcaico pesimismo galaico y no de la realidad palmaria. Empiezo a creer que tenemos lo que nos merecemos y que nadie nos ha regalado nada.
Luis Paadín