EL TRADICIONAL COCIDO GALLEGO CON ENÓLOGOS EN ADEGAS ALGUEIRA
Ayer tuvo lugar el tradicional cocido en el restaurante O Castelo de Algueira, donde nos reunimos una veintena de enólogos y técnicos de Galicia y Portugal. Como siempre cada uno llevamos nuestras botellas “de sobaquillo” y, al igual que en las ediciones previas, la ocasión sirvió para catar vinos muy diversos e intercambiar opiniones con grandes expertos.
En nuestro caso quisimos llevar vinos muy dispares pero que pueden ayudar a vislumbrar algunos de los perfiles que marcarán estilos de futuro. Desde 2013 el vino blanco ha superado en consumo al vino tinto a nivel mundial y esta tendencia parece ir al alza, pero blancos hay tantos como variedades y territorios, así que trajimos tres vinos muy contrapuestos.
1. Vino de Yerba 2022. Los vinos de pasto son clara tendencia en la provincia de Cádiz. No es una novedad ya que en muchos casos durante el siglo XIX fueron exportados con precios más altos que algunos fortificados. Es más, en algunas cartas de vino de ese mismo siglo en Nueva York, se destaca como una de las tres principales tipologías del Sherry (junto al fino y amontillado viejo). Producto con arraigo que vuelve con fuerza, vino blanco de región cálida.
2. Langmeil Eden Valley Riesling 2022. Hablando de historia, la uva más cotizada en vinos tranquilos y valorada durante todo el siglo XIX fue la Riesling. Algunos procedentes de Rheingau podían llegar a costar el doble que un Château Latour (como muestra la carta de vinos del Irving House de Nueva York de 1852) y con el regreso del consumo de blancos, no sería de extrañar que volviese con fuerza. En este caso metemos un factor de corrección que es la entrada de nuevos países productores. En 2022, de los 10 principales países que más caro exportaron vino, 6 eran de Nuevo Mundo, siendo Australia uno de ellos. Sin duda también van a ayudar a definir el perfil de los vinos del futuro.
3. Vin Blue Montfort 2019 (Vosgos). La biodinámica está dentro también de esas grandes tendencias y en este caso además incorpora el factor PIWI con las variedades tintas Khulmann y Oberlin. Desde que Europa aprobó el uso de estos híbridos para la elaboración de vinos amparados por DOP en diciembre de 2021, abrió un sendero que países como Alemania, Suiza o Austria llevan muchos años caminando. Aunque la calidad actual de los vinos no alcanza los parámetros estandarizados, los PIWIs pueden ser una herramienta de futuro ante retos como el cambio climático o la resistencia que los patógenos de la vid han desarrollado en las ultimas décadas.
Entre los muchos vinos que catamos (+20), nuestro anfitrión Fernando incluyó un Blanc de Noirs de Mencía y un Escalada Godello del 2013. Sin duda, los blancos de guarda serán también objeto de análisis y tendencia; pero queda aún por definir perfiles claros en este sentido.