VISITANDO BODEGA Y VIÑAS EN VALENCIA
Para entender una región vitícola es fundamental conocer a sus referentes y Celler del roure sin duda lo es en el Levante español.
Visitar su bodega es comprender no sólo los últimos 25 años de la Valencia vitivinícola, sino adentrarse en un ejercicio de regresión histórica. Su antigua bodega con tinajas soterradas entre los siglos XVII y XIX debería ser declarada BIC. Con capacidad para almacenar hasta 200.000 litros, es la bodega de tinajas bajo tierra más grande que he visto y los vinos que en ellas elaboran son pura magia. Un milenario poblado íbero con antiguos enseres de campo y bodega corona este mágico emplazamiento.
Además de las ya emblemáticas Monastrell o Cariñena, y de algunas manidas variedades de otras latitudes, su empeño radica ahora en recuperar antiguas uvas locales que están resultando muy convenientes para suplir los efectos del cambio climático como la tardía Miguel de Arco, la Mandó o la Forcallà.
El resultado son vinos frescos, pero manteniendo el espíritu mediterráneo. Sin duda estamos ante un cambio de paradigma donde las bodegas escuchan los mercados y comienzan a redefinir los perfiles territoriales. Un nuevo mundo vitivinícola va surgiendo poco a poco en la vieja Europa.