Estos días tuvimos el placer de formar parte de la XX Edición de los Premios Vinduero-Vindouro que además rindieron homenaje a la Gran Dama del Vino María Isabel Mijares en Fermoselle, Villa del Vino.

Para los catadores, los concursos siempre son una gran oportunidad para viajar a regiones vitícolas dinámicas, para descubrir nuevos vinos y metodologías de cata, pero sobre todo, para conocer gente y compartir experiencias con personajes del vino del más alto nivel.

Para nosotros suponen la mejor oportunidad para compartir reflexiones y analizar las tendencias del mercado de quienes las estudian a fondo ya que dependen profundamente de ello: gerentes y técnicos de DOs, enólogos, directores comerciales, proveedores de servicios a la industria (barricas, corchos, botellas, etiquetas…), periodistas, sumilleres…

Durante dos días de cata, en nuestro panel valoramos un centenar de referencias de toda la península ibérica: Arribes, Palmela, Getariako Txakolina, Torres Vedras, Utiel-Requena, Jumilla, Castilla, Beira Interior, Dão, Douro, Porto, Bairrada, La Mancha, Castelló, Ribera del Duero, Valdepeñas, Rioja, Bierzo, Zamora, Rueda, Tras-Os-Montes, Alentejo, Cigales, Cava, Rías Baixas, Vinho Verde, Valdeorras, Bizkaiko Txakolina, Ribera del Guadiana… E infinidad de variedades, algunas de ellas por primera vez para nosotros como la Fonte Cal de Beira Interior.

Todos los vinos fueron catados y conversados uno a uno lo que, si bien dilata el tiempo de cata, permite conocer a fondo la perspectiva de un panel multisectorial sobre cada tipología de vino. La mejor manera de aprender es catar y escuchar sin prejuicios, tratando de aprender de quienes saben más que uno. Y sin duda así fue en Arribes.