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LUIS PAADÍN “I PERSOEIRO DE HONRA” DA COFRADÍA DO BRANCO LEXÍTIMO

Luis Paadín “I Persoeiro de Honra” da Cofradía do Branco Lexítimo (Albarín Branco, Blanca País, Branca do País, Raposo, Verdín Blanco)
LUIS PAADÍN
De madre Savagnin (Traminer) y padre desconocido, mientras la ciencia no lo desvele yo propongo como padre putativo al Caíño Bravo, el padre de este o un macho de Vitis vinífera ssp. sylvestris.
Contaba que debo ser de los pocos “civiles”, no político o funcionario (algunos acumulan más medallas que un almirante de la Flota de la antigua Unión Soviética), que ostenta tan elevado número de reconocimientos de cofradías y estamentos de vino de mi entorno, con 9 condecoraciones de Honor. En este caso, ya era Cofrade de Honor y ahora soy el primer “Persoeiro de Honra”. Es para mí todo un orgullo pertenecer a todas ellas.
Una de las pocas ventajas que le veo yo a envejecer es haber vivido, teniendo en cuenta que la otra opción no me resulta atractiva por ahora, estoy encantado.
Si es muy difícil que en este País (y cada uno que le ponga las fronteras dónde quiera) le reconozcan a uno sus logros profesionales, ni te cuento lo difícil que es el reconocimiento a los méritos que benefician al colectivo. Sobre esos siempre pesa la sospecha de intereses espurios o, directamente por los mediocres, la difamación personal gratuita.
El nombramiento tuvo lugar en la aldea de A Esperela el pasado 29 de junio en la I Feira GastroLexítimo de Paderne, anteriormente Mostra do Branco Lexítimo; fui nombrado sin tener conocimiento de ello hasta instantes antes de la proclamación y coincidiendo con un momento muy duro emocionalmente para mí, en 5 días sería operado de cáncer. Afortunadamente y gracias al personal de la Sanidad Pública todo ha salido bien. Como dijo un buen amigo al enterarse del grave susto y del satisfactorio resultado: “que difícil eres de matar, cabrón”.
Recuperado ya del enorme susto, a seguir esquivando balas. Seguramente habrá quien merezca más que yo este nombramiento, desde bodegueros como Lorenzo Bescansa que se empecinó y logró que fuera reconocida como variedad gallega, José Luis H. Mañas, Tonecho, César Longo, Fundación Juana de Vega, los chicos de Conexión Mandeo, todos los bodegueros, viticultores o funcionarios, etc.; pero yo digo en mi alegato, que represento a muchos otros que, sin intereses comerciales, profesionales u oportunistas, llevamos defendido desde hace más de dos décadas la variedad, como Luis Moya desde el Pilpil, o los gemelos Gayoso, Laura y Carlos, o Pepón y Xurxo ya desde el antiguo O’ Secreto, y algunos más, como el mismísimo Eduardo Pardo de Casa Pardo 1ª estrella Michelin de A Coruña, como decía él: nadie pide una botella, pero yo lo tengo. Recuerdo que en O Carro le comprábamos a Lorenzo Bescansa su Finisterrae (creo que así se llamaba su primer vino), él lo vendía a 5€, pero nosotros se lo pagábamos a 6€ para enaltecer lo que también considerábamos como “nuestro”. Recuerdo que organizamos para la prensa la puesta de largo de dos productos prácticamente desconocidos en aquella época, como eran el Vino de Betanzos y el Porco Celta (aún no se comercializaba), con una memorable cata & armonía en el barco Diana Cazadora con una ruta por Os Caneiros con la TVE, Telecinco, la TVG, televisiones locales, prensa radiofónica y prensa escrita, seguro que todos los asistentes también se acuerdan de ello. Los numerosísimos espacios de radio que les hemos dedicado a todas las bodegas de Galicia y Asturias que lo elaboran; los cientos de seminarios que hemos impartido por toda España dando a conocer los vinos de Branco Lexítimo; los más de 25.000 ejemplares distribuidos por medio mundo de la Guía Paadín, ensalzando los vinos de esta variedad; Quiero pensar que aunque muchas no lo exterioricen, las bodegas son conscientes de todo ello.
Al terminar el acto, decía Ángel Germade, concejal de comunicación de Paderne, que mi perfil se lo ha puesto muy difícil para asignar al siguiente “Persoeiro de Honra”. Esto no lo dice un político, lo dice un hombre del vino con más de 40 años en el sector, con un enorme bagaje y una visión mundial del vino; yo conocí a Ángel a finales de los años 90`cuando él era “nada menos” que director general de la bodega de Miguel Torres en Chile.
Los Paadín somos y siempre hemos sido defensores a ultranza de poner en valor el territorio, por encima de todo lo demás. Pero las uvas, las marcas, los bodegueros y las bodegas, aunque a veces no esté en su ADN, son también una forma de poner en valor su origen.
Por eso yo levanto mi voz y digo: “Eu Son Branco Lexítimo”

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