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RECORRIENDO UNO DE LOS VIÑEDOS MÁS EXTREMOS DEL MUNDO: NINGXIA, CHINA

Primer día en Ningxia, una de las grandes regiones vitivinícolas de China y enfocada a una clara internacionalización.
Ha sido un viaje intenso, pero ha valido la pena. Empezamos con 4 ponencias sobre Ningxia y el vino chino desde diferentes perspectivas.
1. Introducción al país y a sus variedades (internacionales y cruces propios)
2. Estudio sobre la diversidad biótica y prevalencia de levaduras en cada territorio
3. Terroir, futuro y retos de Ningxia
4. Presentación de proyecto de bodega boutique en el territorio.
Ya de tarde, visita cultural a Manpu See Helan Performing Arts Town, un espacio en el que arte y tradición se fusionan en intensas coreografías.
RECORRIDO
Durante esta semana hemos podido visitar 6 bodegas distintas de Ningxia. Aunque cada una tiene sus particularidades, todas tienen algo en común: el entierro de las cepas.
Una práctica inusual y que, si bien se puede encontrar en otras regiones como en la llanura de Ararat o en el Valle de Assa, resulta muy llamativa.
La práctica de enterrar (o “acostar”) las vides para pasar el invierno se repite allí donde la temperatura mínima habitual cae por debajo de –15 °C y la nieve no basta para aislar. A escala mundial se concentra en un “cinturón continental frío” que va desde el este de Anatolia hasta el centro de Norteamérica (con entierros máso menos profundos).
Las conducciones de las cepas son inclinadas, para facilitar su recurrente entierro. Entre octubre y noviembre las cepas se pisan y atan al suelo para ser cubiertas de tierra y una vez llegada la primavera, son desenterradas.
Aunque hay algunos sistemas de mecanizado parcial, sigue siendo un trabajo muy laborioso, por lo que se aplica en aquellas regiones en las que la relación coste–beneficio resulta favorable frente a otras alternativas (geotextil, calefacción, aspersión): el trabajo manual aún es más barato que la energía en muchas de estas zonas.
Además de ello, los suelos deben ser sueltos para permitir levantar y devolver tierra sin encharcar. Todo este esfuerzo sólo tiene sentido si el resultado son vinos de alta calidad, por lo que se aplica en las vitis viniferas.
Para simplificar la viticultura, se están estudiando híbridos (mayoritariamente con amurensis) resistentes a las temperaturas extremas. Aunque apenas suponen un 0,5% del total plantado, se espera que alcance el 10% en los próximos años, y los estudios se centran en la “serie Bei” (Beihong, Beimei, Beixi, Beixin, Beibinghong) y la pareja Prince / Princess. Estos híbridos podrían reducir hasta un 40% los costes de producción de uva y desarrollar una nueva gama de vinos más accesibles, facilitando el consumo de vino entre las clases más populares.

RECORRIENDO VIÑAS, LAGARES Y BODEGAS DE MONTILLA MORILES

Vaya dos días intensos preparando nuestro próximo artículo para la revista Traveling: Montilla Moriles.
Tierra de gente y vinos Generosos, las horas se vuelven minutos en las bodegas. Cada cata es una lección de historia, tiempo y tradición.
Empezamos en Montilla en la mítica Alvear con una visita a bodega y cata de una veintena de vinos entre embotellados y botas catadas. Un recorrido por la crianza biológica de menos a más, hasta la crianza más tradicional sin dejar de lado soleras dulces de más de 100 años.
Tras este primer encuentro, visita a Casa Palop donde Juan Portero nos introdujo en la historia de la mítica casa y su influencia en Montilla y el vino.
A nuestro paso por Moriles, cata de botas por Bodegas Doblas y visita a su emblemático viñedo Cerro del Majuelo, la parcela a mayor altitud de Moriles, donde el corte de la barajuela muestra la pureza del suelo calcáreo.
A medio camino entre uno y otro, Toro Albalá nos abría sus puertas en Aguilar de la Frontera. Más que generosa e impresionante cata con botas estáticas de 70 años y vinos únicos al igual que su impresionante museo.
Ya de tarde, nuestro particular Cicerone, Manuel Jiménez, nos llevó hasta el proyecto Los Insensatos en el corazón de la Sierra de Montilla. Visita a viñedos míticos como el Cerro Macho, donde la antehojuela es hegemónica. Imponente cata vertical y horizontal donde la impronta de la Pedro Ximénez, la viña y la añada se muestra en todo su esplendor.
Realmente impresionante y difícilmente superable en 2 días.

SEMANA DE DIVULGACIÓN DEL VINO GALLEGO EN PROWEIN (DÜSSELDORF)

Un año más hemos tenido el privilegio de ayudar en la promoción de los vinos, destilados y bodegas de Galicia en la feria más importante del vino: Prowein.
Durante 3 intensos días, atendimos el Túnel de vinos de Agacal mientras nos apoyábamos en información técnica para explicar el valor diferencial de la Galicia vitivinícola.
Derivamos a más de 30 potenciales importadores de Holanda, EEUU, Reino Unido, Holanda, Kenya, Alemania, Dinamarca, Bélgica, Finlandia, Colombio, India, Nueva Zelanda, Francia… a las bodegas gallegas presentes que encajaban en sus respectivos intereses comerciales.
Explicamos el territorio a más de 100 sumilleres, docentes y periodistas del vino internacionales y a varios compañeros de otros stands y latitudes que, curiosos, se acercaban para comprender cómo nuestros climas, suelos y variedades desarrollan un crisol de vinos tan diverso.
Cierto es que la feria en esta edición ha reducido notablemente el número de stands y de visitantes, pero hoy por hoy sigue siendo la gran feria internacional del vino donde España tiene una presencia relevante.
Toca volver a casa y preparar las próximas acciones de divulgación.

FRANKFURT: PROFUNDIZANDO EN SUS APFELWEIN Y GLÜHWEIN

APFELWEIN, LA BEBIDA DE FRANKFURT

Alemania es para mí un destino obligado desde hace años, y este 2024 tocó hacer doblete. Estos días me he desplazado nuevamente hasta Frankfurt; desde 2009 lo hago con cierta asiduidad. Soy un declarado fan de la sidra y estando aquí no podía dejar pasar la oportunidad de disfrutar de sus Apfelwein (Ebbelwoi, Äppler o Stöffche, dependiendo del dialecto local).
Para su elaboración suelen usarse distintas variedades de manzana como la Bohnapfel (equilibra la dulzura), Rheinischer Bohnapfel (confiere estructura), Bittenfelder (aporta acidez), Winterrambur (proporciona azúcares)… e incluso la Speierling, el fruto del serbal silvestre que se suele incorporar para aumentar la acidez y los taninos, estirando la vida útil del Apfelwein.
Es la bebida local por excelencia, contando la ciudad con múltiples “Apfelweinwirtschaften” (tabernas de vino de manzana). Estas tabernas son emblemáticas en Frankfurt, especialmente en el barrio de Sachsenhausen, y completan su carta con la rica gastronomía local, en la que el cerdo, las patatas y el repollo fermentado son protagonistas.
A diferencia de la sidra normanda, el Apfelwein suele ser más seco al igual que la sidra asturiana, aunque menos carbonatada que esta última y con algo más de cuerpo. Tradicionalmente se sirve en una jarra de cerámica gris y azul llamada Bembel, y se bebe en un vaso característico con relieve de rombos llamado Geripptes. Puede tomarse solo o mezclado con agua con gas (Gespritzter) para suavizar su acidez.
En mi experiencia personal, esta no suele ser la mejor época para disfrutar del Apfelwein, ya que la nueva cosecha aún está en camino mientras los Apfelweinwirtschaften apuran los últimos litros de la campaña anterior. Por ello a menudo estas “sidras” suelen tener marcadas notas de humedad y acetaldehídos propios de la oxidación (sumado a un color más ocre), lo que resultará en dolorosas jaquecas. Conviene seleccionar bien dónde beberla; uno de los locales que nunca me han fallado es el Zum Gemalten Haus.

GLÜHWEIN, DE LA ANTIGUA ROMA A LOS MERCADOS NAVIDEÑOS

Visitar un Weihnachtsmärkte (Mercado Navideño centroeuropeo) implica empaparse de un espíritu festivo sin igual. Parte de la experiencia pasa por caminar por las ornamentadas calles y plazas al son del frío invierno germano.
Para paliar los efectos del frío, el método más clásico es tirar de Glühwein o vino caliente. Una arraigada tradición navideña, que tiene sus orígenes en el Imperio Romano y que ha ido evolucionando con los años.
Los romanos fueron los primeros en documentar la costumbre de calentar vino con especias y miel. Lo llamaban “Conditum Paradoxum”, una bebida que se usaba tanto por sus propiedades medicinales como por su sabor. Llevaron esta tradición a todas las regiones de Europa que conquistaron, especialmente a la actual Alemania, Francia e Inglaterra (su clima favorecía el consumo de este elixir).
Durante la Edad Media este método de cocción especiado, sirvió para conservar mejor el vino de baja calidad y también se consideraba saludable, ya que las especias (clavo, canela, jengibre) se usaban por sus supuestas propiedades medicinales. Además, la presencia de especias exóticas reflejaba cierto estatus social, ya que eran productos caros e importados.
Pero es a partir de la Edad Moderna, que el término Glühwein nace como tal, con la tradición de los mercados navideños en Alemania y Austria, que comenzaron a popularizarse a partir del siglo XIV. Los registros indican que en ciudades como Dresde (1434) ya se vendían bebidas calientes en los mercados de invierno. Estos mercados se hicieron más comunes en el siglo XVII, y el Glühwein se convirtió en una de las bebidas preferidas para combatir el frío.
Con la Revolución Industrial y la producción masiva de vino, el Glühwein se democratizó. Pasó de ser una bebida reservada para las élites que podían pagar especias exóticas, a una bebida popular para todas las clases sociales en los mercados navideños. Además, la aparición de las tazas decoradas (auténticos trofeos navideños) se convirtió en una tradición propia de estos mercados.
A pesar de que el más tradicional es el elaborado con vino tinto, existen algunas variantes como el Weißer Glühwein (con vino blanco) o el Feuerzangenbowle (versión más espectacular, donde se quema un terrón de azúcar empapado en ron sobre el vino caliente).
Aunque en España no es tan habitual, podemos encontrar algunas similitudes con el Zurracapote (Rioja, Castilla y León, Navarra, Aragón) o, más lejanas, con el vermú, la sangría o el vino quinado, aunque dado nuestro clima templado, aquí solemos beberlo a temperatura ambiente o bien fresquito en verano.
Días en Frankfurt provechosos. Seguimos.

SIGUIENDO A LA BOTRYTIS POR EUROPA: POLONIA, ESLOVAQUIA, HUNGRÍA Y AUSTRIA

POLONIA

Empezamos nuestro periplo centroeuropeo por Polonia.
Poco tiempo en el país lechita, pero suficiente para disfrutar de su gastronomía y aprender algo sobre sus vinos.
En concreto visitamos la región de Subcarpacia (Podkarpackie), donde además de las vitis viniferas más habituales como la Riesling, la Chardonnay o la Pinot Noir, han desarrollado una prolífica industria de PIWIs.
Estos cruces interespecíficos de distintas Vitis generan mucho debate y están siendo motivo de estudio en los últimos años por su resistencia biológica a los patógenos y a los climas fríos (algunas de las variedades resisten temperaturas de hasta -35°C).
Además de catar vinos de PIWIs con variedades muy expandidas internacionalmente como la Johanniter o la Souvignier Gris, pudimos catar algunas elaboraciones de Seyval Blanc, variedad muy extendida en la Galicia polaca (homonimia con nuestra tierra de origen).
Pero como también nos gusta pisar viña, nos desplazamos hasta uno de los viveros más importantes de la zona: Winnica Golesz. Con más de 30 PIWIs en desarrollo, abastecen a las bodegas del territorio con híbridos muy variopintos, desde uvas de mesa como la Wostorg hasta multitud de uvas de vinificación como la Solaris e incluso algunas más ornamentales como la Alwood.
Allí pudimos ver las viñas, el trabajo de desarrollo de plantas y catamos algunas uvas de maduración más tardía como la Alden o algunas bayas sobremaduras de Ontario.
Blancos, grises, naranjas, tintos, espumosos, vinos de hielo… Los productores locales exploran todo tipo de vinificaciones con estas variedades que sirvieron en el pasado para hacer frente a los patógenos americanos y que pueden ser de ayuda para la viticultura del futuro. Aunque lejos de las cotas de calidad habituales en las Vitis Vinifera, los nuevos trabajos de campo y bodega están dando lugar a vinos muy interesantes.
Seguimos explorando el mundo del vino y las nuevas alternativas que se abren.

TOKAJ ESLOVAQUIA

Según los datos de OIV, el consumo de vino blanco supera al de tinto a nivel mundial de forma constante desde hace más de una década. Uno de los viajes formativos de este año lo estamos haciendo por centroeuropa para ver cómo se están adaptando las regiones vitícolas a este nuevo escenario comercial.
Uno de los destinos que será el eje central de este recorrido y en el que invertiremos varios días es Tokaj, empezando por la parte eslovaca, mucho más pequeña que su vecina húngara. Con poco más de 900 ha, supone una sexta parte de la región total de Tokaj. Al igual que sus vecinos húngaros, las tres principales variedades de trabajo son Furmint, Lipovina (Hárslevelű) y Muškát žltý (Moscatel de Grano Menudo).
Tokaj es una de las regiones vitícolas con mayor antigüedad legislativa y demarcación geográfica del mundo. Aunque no supongan más de un 20% de la producción, sus vinos dulces son legendarios.
Estos días hemos podido visitar las bodegas de Macik (primera bodega orgánica del Tokaj eslovaco), Tokaj&Co (mayor galería subterránea del Tokaj eslovaco), Mea Grati (que elabora también vinos tranquilos fuera de DO, ya que su viña se encuentra partida por el marco geográfico de Tokaj) y Château Grand Bari (la más reciente, con un complejo enoturístico de primer orden con hotel y restaurante).
Aunque el Tokaj eslovaco comparte tradición, variedades, suelos (como el polvo volcánico Tuff sobre el que tradicionalmente se asienta el hongo Cladosporium cellare, fundamental para el envejecimiento de algunas tipologías de Tokaj) y clima, su historia ha estado desligada de la de sus vecinos desde el colapso del Imperio Austrohúngaro tras la I Guerra Mundial.
Aunque comparten muchos puntos en común (como las principales tipologías de vinos), no se rigen exactamente por las mismas normas, sobre todo desde el último cambio legislativo húngaro de hace una década. Asimismo, la entrada de capital, tecnología y enología foránea en el Tokaj húngaro a finales del siglo pasado, ha influido notablemente en el estilo de sus Tokaj, sobre todo en las gamas Aszú. Por su parte los Tokaj eslovacos en general han mantenido su estilo más tradicional, lo que se traduce en perfiles ligeramente más oxidativos con terciarios más presentes.
Así con todo, hay cada vez más diversificación en su portafolio de vinos y si bien son mundialmente conocidos por sus Aszú, en Eslovaquia cada vez más apuestan por los blancos tranquilos, las vendimias tardías y otras vinificaciones como los espumosos e incluso cervezas con uvas Aszú. Aunque la guerra de Ucrania ha afectado notablemente al turismo (la frontera se encuentra a apenas unas decenas de kilómetros), en las fiestas de su patrón Saint Urban, miles de personas (hasta 5.000) se acercan diariamente a visitar las galerías de las bodegas eslovacas, llenando de vida pueblos como Malá Tŕňa, epicentro del Tokaj eslovaco.
En total, hemos visitado 4 bodegas y catado casi 40 referencias entre espumosos, cerveza, blancos secos, samorodné (en seco con velo flor y en dulce), vendimias tardías y toda la gama Aszú con un Eszencia de 1999 incluido.
Seguiremos estos días profundizando en Tokaj, con un intensísimo programa de visitas en Hungría.

TOKAJ HUNGRÍA

“El vino de los Reyes, el Rey de los vinos”
Si Tokaj es conocido por algo, es por sus vinos dulces asociados con la más alta nobleza. Durante los años de control soviético, productos como la Eszencia o los 6 puttonyos estaban reservados para los altos cargos comunistas y se destinaban casi en exclusiva a recepciones oficiales y regalos institucionales.
Con la caída del telón de acero en 1989, el régimen soviético se desmorona y en la década de los 90, el Tokaj húngaro se abre a la entrada de capital extranjero francés y español en las primeras Joint Ventures público-privadas del país. Estas bodegas aportaron visión comercial, tecnología y enología de precisión, modernizando la industria y sus vinos, influyendo notablemente en el territorio.
En los últimos 100 años la región se había especializado en los vinos dulces que tanta fama le otorgaron antaño; algunos documentos del siglo XVI ya mencionaban las uvas Aszú, afectadas por la Botrytis Cinerea. Pero el mundo ha seguido evolucionando.
En la década de los 60, más del 75% del vino consumido en EEUU era vino dulce y generoso; en la actualidad apenas supera el 2%. En la misma década, la inmensa mayoría del vino regional era dulce o Szamorodni Száraz (vino añejado con velo flor y parte de uva botrítica, pero seco, quizás el más tradicional y genuino de sus vinos), sin embargo hoy, en muchas bodegas el 80% de la producción es blanco seco.
El mercado cambia y las bodegas se adaptan y en no pocas de las que visitamos y catamos estos días (16 bodegas en total en Hungría), están hablando de las clasificaciones de parcelas en base a los reconocimientos históricos. Sin aval institucional por ahora, se pueden ver etiquetas con los términos Premier Cru o Grand Cru, tanto en bodegas pequeñas (20.000-25.000 botellas/año) como en las más grandes.
Además de los míticos vinos Aszú con varios Eszencia incluidos, de los complejos Szamorodni, de las catas verticales y de las catas de uvas Aszú en distintos gradientes de infección (en Furmint, Hárslevelü y Kövérszölö), estos días pudimos catar la complejidad de los suelos y climas de la zona gracias a las catas de sus distintos Crus.
Percze, Betsek o Király (uno de mis favoritos), todos en el mítico pueblo de Mád, nos han demostrado el poderío de la Furmint en cada terroir. Pero también otras viñas como Halas (un portento de más de 70 años), Nagyka, Lapis, Barakonyi o Rány marcan el camino de un Tokaj que se adapta a los nuevos mercados pero siempre buscando la excelencia.
Las regiones vitícolas deben proteger su patrimonio histórico y conservar sus elementos tradicionales, pero no pueden obviar el mercado o están abocadas a desaparecer como el mítico vino de Falerno. Adaptarse o morir.

TONELERÍA HÚNGARA

Durante 3 días, hemos visitado, catado y hablado con los bodegueros de 17 bodegas del Tokaj húngaro:
🍇Patricius
🍇Disznókő
🍇Hétszőlő
🍇Samuel Tinon
🍇Bodrog Borműhely
🍇Tokaj Nobilis
🍇Oremus
🍇Simko
🍇Gotz
🍇Erzsébet Pince
🍇Firmánszky
🍇Palkó
🍇Budaházy-Fekete Kúria
🍇Pajzos
🍇Bodnár
🍇Sauska
🍇Pannon Tokaj
Catamos más de 100 vinos de todas las tipologías y añadas, de bodegas grandes, medianas y pequeñas. Pero como no nos conformamos simplemente con catar y conocer viña, también quisimos comprender la particular identidad de un icono de Tokaj: el Gönczi.
Esta barrica genuina de Tokaj contiene tradicionalmente 136 litros y es casi 20 cm más corta que su hermana borgoñona. Recipiente de mezcla histórico de las uvas Aszú con los vinos base, los robles que suministran sus duelas proceden tradicionalmente de los bosques aledaños al territorio.
Nos desplazamos hasta la tonelería de Miklóssy András, maestro tonelero con 30 años de experiencia a sus espaldas. Allí nos explicó el artesano proceso de manufactura de sus barricas en las que trabaja 5 formatos distintos además del tradicional Gönczi (como el Szerednye de 220 litros o el pequeño Antalya de 68 litros).
La fría región de Tokaj favorece un crecimiento lento de los robles, dotando a su madera de granos más finos y sabores más rudos. Un árbol para barricas estará listo con 80-100 años de edad, pero a menudo su diámetro no superará los 30 centímetros pudiendo triplicar este ancho en los “terroir” más vigorosos.
Este pequeño tamaño marca el carácter de la madera y, por tanto, del vino. Con un rendimiento de extracción del 25% (que desciende al 7% en formatos de gran tamaño), necesitaremos entre 30-32 duelas para armar un Gönczi, un 10-15% más respecto a los robles de otros orígenes.
En su pequeño taller de Tokaj, Miklóssy junto a sus dos empleados, puede armar poco más de 200 barricas al año. Un tercio de las que producía hace apenas dos años, cuando contaba con 7 empleados. El déficit de mano de obra en el rural arrastra a toda la comarca.
La calidad y delicadeza de su trabajo le permite abastecer a Oremus (Grupo Vega Sicilia) de las barricas que usará en la crianza de sus vinos además de a otras bodegas y proyectos más pequeños.

AUSTRIA

Remontando el Danubio, vamos tras la pista de la Botrytis. El cierre de este intenso viaje por centroeuropa, nos llevó hasta el país vecino, Austria.
Si de vinos dulces hablamos, uno de los grandes iconos de esta región sin duda es Kracher. Revolucionando el estilo tradicional de los vinos de sobremesa, Alois Kracher internacionalizó como nunca antes el vino austríaco en la década de los 90.
Hasta su legado nos desplazamos para conocer mejor su proyecto en Burgenland y ver la influencia que el Neusiedler See tiene en el desarrollo de Botrytis en los Viñedos aledaños. Aunque la Welschriesling (Riesling Italiano) sea la variedad más importante, Kracher elabora prestigiosos TBA también con hasta otras 6 variedades distintas (Muskat Ottonel, Scheurebe, Traminer, Chardonnay, Rosenmuskateller y hasta la Zweigelt). En bodega pudimos catar 17 vinos entre espumosos, blancos, tintos y, por supuesto, sus míticos dulces con horizontales de monovarietales siguiendo la escala Prädikat y una vertical de sus TBA más emblemáticos hasta 1999.
En viña, pudimos catar la uva en distintos estados de afección de Botrytis y ver el mimo con el que la protegen de los potenciales depredadores con redes laterales y cometas de falsas rapaces.
Prosiguiendo nuestro ascenso hasta el Danubio, nos detuvimos en Wachau, donde visitamos la bodega más grande de esta pequeña pero mundialmente conocida región vitícola: Domäne Wachau.
Aquí nos centramos en sus vinos blancos y en comprender los viñedos que trabajan sus 200 viticultores de los que, por cierto, presumen. Catamos la tradicional escala de Vinea Wachau hasta sus Smaragd (originalmente, y durante apenas un año, llamados Honifogl). A través de 13 vinos, pudimos ver la impronta de la Grüner Veltliner y de la Riesling, así como comparar las frías viñas del oeste como Bruck, con otras más orientales y templadas como Loibenberg. El cambio de suelos, orientaciones e influencia climática es tal, que en apenas 20 kilómetros lineales podemos encontrar cientos de vinos distintos.
Para llegar a comprender la realidad internacional del mercado del vino sólo hay una manera: viajar, escuchar y compartir.